lunes, 8 de abril de 2013

Lollapalooza Chile 2013: Día 1, Parte 1

Lollapalooza Chile
Sábado 6 de abril, Parque O’Higgins

Precedida por una impecable versión 2012, la tercera edición del festival Lollapalooza Chile generó grandes expectativas desde el principio, lo que se notó en el mar de gente que llegó al Parque O’Higgins en sus dos jornadas. El evento, que este año reunió a cerca de 138 mil personas, proponía un cartel heterogéneo, lleno de figuras de la música mundial que harían aún mejor la experiencia vivida en años anteriores. Lee a continuación nuestro reporte de lo que fue el primer día de Lollapalooza Chile 2013.

Inicio Chileno

Los encargados de abrir los fuegos de la nueva versión del evento fueron los nacionales Banda Conmoción, quienes iniciaron su show en uno de los escenarios principales (Coca-Cola Stage) a eso de las 11:45 am. Aunque aún era temprano, la gente ya comenzaba a llegar en masa al Parque O’Higgins y el grupo se presentó frente a un marco de público mayor de lo que se podría haber esperado. Sin embargo, el horario afectó de sobremanera y lo que pudo haber sido una fiesta de proporciones terminó siendo sólo un buen punto de inicio. Así y todo, los ritmos nortinos y contagiosos del grupo generaron entusiasmo en los primeros concurrentes.

Minutos antes del fin del show de la Conmoción, Gepe daba inicio a su presentación en un Claro Stage virtualmente repleto. ‘En la naturaleza (4, 3, 2, 1, 0)’ fue el punto de partida de un setlist que, como se venía repitiendo, estuvo cargado a “GP”, el disco que el artista estrenó a fines del año pasado. 

Acompañado por tres músicos, el oriundo de San Miguel se basó en la energía de su última placa para dar un espectáculo digno del escenario en el que estaba, ya sea tras la batería, con la guitarra al cuello o rimando como un MC. 

Así, a canciones como ‘Fruta y Té’, ‘Bomba Chaya’, y ‘Bailar bien, bailar mal’ se le sumaron algunas más antiguas (‘Un día ayer’, ‘Celosia, ‘Alfabeto’) a las que se les enmarcó dentro del nuevo concepto que en el último tiempo ha desarrollado Gepe, adaptándolas a sonidos altiplánicos y/o acompañándolas de bailes acorde. En suma, la de Riveros y compañía terminó siendo una presentación ajustada a lo que se requiere para un festival, aunque no se puede negar que se extrañaron cortes y -más aún- algo de la actitud contemplativa de sus trabajos previos.

Tras la presentación de Gepe, el Coca-Cola Stage volvía a tener movimiento. Toño Corvalán, el baterista de Chancho en Piedra, apareció caracterizado como el Papa Francisco y dio una particular bendición a los presentes. Contrario a lo que se podría haber pensado por el tono alternativo del evento, al momento de empezar el concierto el lugar se veía completamente lleno de un público dispuesto a rememorar los mejores tiempos de la agrupación. Entendiendo esto, los integrantes de CHEP dieron vida a un show prendido, motivado por disfraces, bronces, diversas interacciones y, por sobre todo, un setlist inteligente. Acá la estrategia no era mostrar lo último que venían haciendo, sino recordar aquella época dorada materializada en sus primeros tres discos, más algunos éxitos de trabajos posteriores. ‘Voy a resucitar’, ‘Locura espacial’, ‘Discojapi’, ‘Historias de amor y condón’ y ‘Funky tu madre’ fueron algunos de los temas que sonaron e hicieron vibrar a una audiencia heterogénea, donde convivieron seguidores fieles, simpatizantes y simples curiosos. Al final, los años de circo -19, para ser exactos- le jugaron a favor a una banda que a estas alturas conoce el libreto de memoria.

El brillo del indie

Con los últimos acordes de ‘Chancho’, la masa se comenzó a desplazar en dirección al Claro Stage, donde Hot Chip empezaba lo suyo. 

A pesar de la hora (14:00) y el inclemente calor, los británicos compenetraron con buena parte del público gracias a su pila de hits y a su electrónica orgánica que es efectiva tanto a la hora de escuchar, como a la de bailar. Todo, claro, al ritmo de canciones como las celebradas ‘Over and Over’, ‘Ready for the floor’, ‘How do you do?’ y ‘Flutes’, que hicieron despertar a todos del letargo producido por el sol. Sin las condiciones del juego a su favor (cambio de horario y escenario mediante) Taylor, Goddard y compañía lograron dar forma a uno de los buenos shows del festival.

Of Monsters and Men eran el siguiente plato fuerte de la tarde. Aunque de historia reciente, los islandeses llegaban al Parque O’Higgins con el cartel de –para la mayoría- imperdibles, debido a sus pegajosos singles radiales y las bulladas comparaciones con Arcade Fire. Ya sobre el escenario, la banda mostró el potencial de las canciones de “My Head Is an Animal”, su única producción, y se ganó la simpatía del público a punta de carisma y dulzura. En especial Nanna, la vocalista/guitarrista del combo, quien interactúo permanentemente con los seguidores, incluso ofreciéndoles la canción ‘Love Love Love’ en agradecimiento por el apoyo. En cuanto a la interpretación, el sexteto sonó impecable y compenetrado, haciendo brillar canciones como ‘Mountain Sound’ y ‘King and Lionheart’, que de tanto escucharlas podrían sonar repetitivas. En suma, el de Of Monsters and Men fue un buen apronte a lo que se puede venir en un futuro no muy lejano.

Casi pegado al fin de Of Monsters and Men, en el Claro Stage comenzaba a sonar ‘Sleep Alone’, tema con el que Two Door Cinema Club daba inicio a su presentación en el festival. De entrada, los enérgicos sonidos de la banda irlandesa inundaron todo y ganaron la atención de la concurrencia que a esa hora (16:00) deambulaba por el recinto. Con sólo dos discos de estudio, el grupo ideó un show efectivo basado en su gran ritmo y los cortes de su debut “Tourist History”, logrando enganchar tempranamente con sus temas más conocidos. Ejemplo de ello fueron ‘Do you want it all’ y ‘You are not stubborn’, cortes que dieron paso a otros como ‘Something Good Can Work’, ‘Undercover Martyn’ y ‘Sun’ para asegurar el éxito de una apuesta que a la larga se transformó en uno de los puntos altos de la jornada.

Luego del paso de Two Door Cinema Club, llegó la hora de ir a los escenarios aledaños. Mientras en el Playstation Stage, The Temper Trap culminaba su set con el exitazo ‘Sweet Disposition’, en el Lotus Stage (teatro La Cúpula) los nacionales Intimate Stranger estaban a 15 minutos de partir. A eso de las 17:30 horas, el cuarteto liderado por la británica Tessie Spoljaric-Woodgate daba comienzo a una sólida presentación que con canciones como ‘Under’ y ‘White Streets’ convencieron a los fieles y curiosos que llegaron a verlos.

El Playstation Stage se volvía a repletar. La razón ahora era Passion Pit, conjunto que compartía el protagonismo del horario con los suecos The Hives. 

Apenas el vocalista Michael Angelakos salió a escena, el público se vino abajo y todo quedó del lado de la banda. Los singles ‘Carried Away’ y ‘The Reeling’ (de su segundo y primer LP, respectivamente) fueron sus primeros argumentos y, naturalmente, lograron convencer. 

Pero lo importante fue que de la mano de canciones de toda su discografía, la banda oriunda de Cambridge logró demostrar que pese a su sonido a ratos demasiado artificial, sí cumplen a la hora de actuar en directo, escudándose en la habilidad y el carisma de sus músicos. Como para espantar dudas.


Por Ignacio Silva
Fotos por Bianca Godoy