miércoles, 1 de junio de 2011

Lady Gaga: El abismo Gaga

Lady Gaga - Born This Way (2011)
Por Jorge Rubio

¿Cuál es la necesidad que tiene Lady Gaga por hacer tanto show para vender su música? Es una excelente artista. Tiene un vozarrón de aquellos, se maneja en el piano a la perfección y además escribe sus propias canciones. Nada que envidiar a las demás cantantes de su género. Pero, ¿por qué tanta cosa extraña, si como músico se vale por sí misma?

Al escuchar Born This Way, su última producción de estudio, se vienen esas inmensas interrogantes. Lady Gaga no es la misma que cantaba Poker Face o Boys, Boys, Boys. Pareciera que un par de tornillos se le hubiesen soltado, pero no significa que haga música pegajosa como siempre.

Una nueva faceta, que nos demuestra que es capaz de hacer lo que ella quisiese y lucirse en ello. Aún así, no cumple todas las expectativas que se tenían del álbum. Todo fue mucho blá blá y poca acción.

El comienzo, una prendida fiesta donde todos están invitados a bailar, emborracharse y disfrutar de la vida a concho. Gaga sorprende con su piano sintetizado y su voz más potente que nunca. Hace pensar que así vendría todo el disco. Tristemente, no fue así.

Born This Way sufre el mal del “disco de pop para vender”. Son buenas y pegajosas solo las primeras canciones y lo demás, nada. De los 14 temas que se incluyen en el trabajo, solo cinco o seis son los que se pueden rescatar. “Judas”, “Scheiβe”, “Marry the Night” y la canción que le da el nombre al disco, “Born This Way”, son las que se llevan todo el interés del disco.

En él, conocemos el lado más esquizofrénico y malvado de Lady Gaga. Con aires más rockeros e industriales, pasa por letras en español al alemán, brindando ese toque tétrico y desquiciante de las canciones. Hay que destacar los buenos intentos que hace por cantar e incluir el estilo lírico dentro de los efectos. En una que otra canción, se puede apreciar hasta cantos gregorianos de fondo, siempre aludiendo a la auto referencia y repitiendo, como si fuera mensaje subliminal, el nombre de “Gaga”.

En general, es un disco con muy buenas mezclas. Logra su propósito de engancharte y obligarte a escucharlo entero, aunque quieras extirparte los audífonos y no escuchar más. Tiene un buen remate, que a estas alturas, eso es un mérito. Si no fuese por todo ese alborotado y repetitivo afán de auto mencionarse en sus canciones, podría ser un buen disco. Lady Gaga ya no hace música y no se justifica por ello. Ahora, todo es solo un lindo, perturbante y enloquecedor show.