jueves, 2 de junio de 2011

Javiera Mena: Amor a bordo de una nave espacial

Javiera  Mena - Mena (2010)
Por Jorge Rubio

La mayoría de los artistas chilenos caen en el cliché de la cumbia sound, el reggeaton o la música melosamente romántica. Son pocos los que apuestan por algo nuevo y Javiera Mena sabe hacerlo.

Con dos discos bajo el brazo, Javiera nos hace una invitación a viajar al exterior. “Mena”, su segundo álbum de estudio, comienza tal cual como la conocimos con “Esquemas Juveniles”. Una muchacha dulce, tímida e ilusa, que cree en el amor de la forma más cursi posible. Aún así, es capaz de conquistar nuestras orejas con sus letras simples y sus metáforas que nos ponen en la encrucijada entre lo tierno y lo erótico.

A medida que corre el disco, es como estar viajando a una nueva galaxia, pero de una forma bastante peculiar. Canciones muy bailables, con influencias muy ‘retro’, nos llevan desde lo “electrónico” hasta lo “kitsch”. Letras pegajosas, rimas fáciles y otros versos que juegan a no sonar igual, donde “Primera Estrella” y “El Amanecer”, son las que comienzan con todo el bailoteo y nos hacen evocar a viejas canciones de la radio.

Como todo álbum, tiene que existir una pausa entre el éxtasis que entrega. “No Te Cuesta Nada”, es una sufrida balada que nos enamora de la calidad vocal de Javiera y una brillante composición musical. Puede llegar a caer en la típica canción para cortarse las venas, pero eso no le quita el mérito de ser uno de los mejores lentos del disco.

Terminando el momento cursi, Javiera se nos viene con todo. “Luz de Piedra de Luna” y “Sufrir” se llevan toda la atención con sus melodiosas bases electrónicas y esos versos que se te pegan en la cabeza.

Cada canción dentro del disco es una historia de amor diferente, pero que están ligadas a la vez. En ningún momento pierde esa propuesta espacial que nos hizo desde el primer acorde del álbum. El disco es envolvente, es atmosférico y todo eso se logra tras un excelente trabajo de mezclas. Se puede apreciar muy bien cada elemento, desde la nota más sintetizada hasta la dulce voz de la Mena.

Un disco casi redondo que, si no fuese por la última canción, hubiese tenido un remate espectacular. Chile está comenzando a hacer música y Javiera Mena es un excelente exponente y que nos debe hacer estar orgullosos de lo nuestro.