jueves, 19 de marzo de 2015

LollaCL 2015: Cabezas de cartel (domingo)

Lollapalooza Chile 2015
Sábado 14 y domingo 15 de marzo, Parque O'Higgins
Lotus Producciones

Robert Plant: Hay Perro Negro para rato (Dom. 19:30 hrs, VTR Stage)

Fácilmente, cuando un artista tiene que enfrentarse a un festival recurrirá a un setlist dominado por cuanto sencillo y favorito de los fans pueda meter. Esto no es una práctica negativa precisamente, pero sí en muchos puede ir demasiado lejos como para provocar un show plano y predecible.

Con más de 40 años en el trabajo, Robert Plant sabe eso mejor que muchos colegas, y decide atreverse con lo desconcertante. Es así como trajo a Lollapalooza una lista de temas que oscilan entre mostrar un poco de su arrollador último trabajo, "Lullaby and The Ceaseless Roar", recordar una que otra joya oscura de a lo largo de su carrera (así como 'Watching You' sale a representar al "Manic Nirvana" de 1990), muchos covers que funcionan más como apropiaciones de canciones (véase la performance de 'No Place to Go', original de Howlin’ Wolf), y por supuesto, temas que permanecen en la memoria colectiva gracias a Led Zeppelin.

Al igual que Jack White el día anterior, Plant sabe perfectamente la virtud de agilizar un show como corresponde, así que se encarga de que su banda ejecute 'Black Dog' evitando lo más posible una réplica del original. Para darle ese toque único a 'Whole Lotta Love' además la cruza con el queridísimo 'Who Do You Love' de Bo Diddley. Probablemente, la más cercana a su versión de álbum es 'Rock ‘n’ Roll', de la celebrada cuarta placa de los Zep, un regalo arrojado a la audiencia cuando da la impresión de que el show había terminado.

Un salvaje Plant le habla a sus discípulos con júbilo y probablemente el "mejor español lollapalooziano" desde The Hives, y demuestra que su entonación no ha sufrido ni un solo daño después de años de rugir. Sus Sensational Space Shifters proveen un sucesor digno a la eficiente Band of Joy de cinco años atrás, y combinando estos elementos tenemos a un intérprete que sabe que tomar riesgos con la confianza debida generará grandes resultados. Por Camilo Pérez

Calvin Harris: Música en conserva (dom. 20:45, Coca Cola Stage)

No hay que saber mucho de música electrónica para analizar la propuesta musical de Calvin Harris. De propuesta no hay mucho, más que sumarse a la amplia masa facilista de DJs internacionales que sobre-utilizan las pantallas led, saturan al máximo los beats de sus mezclas y prenden al público con los mismos recursos.

Calvin Harris desde hace mucho tiempo busca ser el nuevo David Guetta del pop internacional, por lo que tiene colaboraciones con estrellas que van desde Rihanna hasta las chicas de HAIM. Sin embargo, no pareciera ser dueño de sus propias creaciones. Lo que se vio en al cierre de uno de los escenarios principales de Lollapalooza fue algo que perfectamente podría ser tomado como una falta de respeto.

Este año la producción se la jugaba al poner a dos figuras masivas del género en el cierre de su festival y quedó coja en esa misión. Lo de Calvin Harris fue un eterno, tedioso y repetitivo DJ set de música envasada, todo lo opuesto a un evento de música en vivo. Cuando el trago amargo no podía ser más desagradable, ahí estaban los inexplicables cortes de todo el sonido para que la gente cantara. Y para qué mencionar el sampleo a 'Heads Will Roll' de Yeah Yeah Yeahs, ya hecho por Skrillex el día anterior. No vale la pena.

Con todo eso y más, si Calvin Harris no es el gran robo de Lollapalooza 2015, no hay cómo explicar su presencia. Nada lo valida, solo su gran facilidad de hacer música chatarra. Por Jorge Rubio

Interpol: Saluda a los ángeles (Dom. 22:00 hrs, Acer Windows 8 Stage)

Cuando parecía que la estratósfera del rock le había dado la unción de los enfermos a unos Interpol que cada vez parecían más escuálidos, confundidos y perdidos en el mundo, estos reciben las llamaradas de Pentecostés en sus cuerpos y regresan con un cañonazo de álbum, el memorable y aplaudido El Pintor. Dichas viñetas de imagen literaria bíblica podrán sonar pretenciosas pero acuden a representar con precisión el historial de los portaestandartes del post-punk revival y su historia más reciente.

La noche del domingo les tocaba añadir un capítulo más a la historia: presentarle el pintor a los chilenos, que no habían visto alguna vez al grupo con el puesto vacío de Carlos Dengler. Y la verdad, dicha ausencia pasa casi desapercibida con el demoledor repaso de dieciocho años creando juntos.

“Say Hello to the Angels” se encarga de poner la tensión en el Acer Stage, dando paso a un set de canciones prominentemente compuesto tanto de la primera como la última placa de Interpol, pero donde hay espacio para todos. Incluso el infame homónimo de 2010 sale al baile con una ejecución casi Lynchiana de “Lights”, y Our Love to Admire es representado por los favoritos “Pioneer to the Falls” y “Rest My Chemistry”.

Parte del encanto que mantiene a flote a Interpol es su negativa a cambiar radicalmente, explorando las infinitas posibilidades de su reconocible sonido, y ayudados por Brandon Curtis en teclado y Brad Truax en el bajo, el trío de Paul Banks, Sam Fogarino y Daniel Kessler se mantiene más enigmático que nunca en su casi hora y media de presentación. Incluso Banks esboza sonrisas siniestras mientras escucha las entonaciones de “baila Paul, baila” de los mismos fanáticos.

Justo cuando han atropellado a la audiencia con un aura después de “All the Rage Back Home” y “Slow Hands”, se escapan un minuto para jugar con la impresión de los presentes. El set original prometía “Not Even Jail”, pero sin embargo, Interpol hace una sabia decisión y le brinda vida a la desoladora “Untitled”, cerrando así uno de sus setlist mejor compilados en años. Lo que resta luego de esto, es ganas de que vuelvan cuanto antes. Por Camilo Pérez

Kings of Leon: Bonito (dom. 22:00 hrs, Vtr Stage)

De repente puede ser desubicado que una banda comience antes del fin de la otra en escenarios tan cercanos. Esta vez se agradeció que Kings of Leon entrara minutos antes de lo programado e hiciera sonar los primeros acordes de “Supersoaker”. Un verdadero bálsamo de música en vivo que se agradecía después del desaire anterior.

Sin embargo, y pese a las expectativas, el show de los liderados por Caleb Followill, fue un espectáculo tibio, discreto, que distaba mucho de la parafernalia y euforia de Jack White o cierres tan potentes como el de Arcade Fire en la versión anterior del mismo festival.

Kings of Leon fue un show para sus feligreses. Un set preparado con todos los sencillos y puntos altos de su discografía, ejecutado con maestría y buen sonido. Aun así, el orden de los factores no los dejó en buen pie para poder bajar la cortina (magna misión dentro de Lollapalooza) y recordar su paso.

Quizás sea esa la deuda eterna de este macro evento que se toma los primeros meses de cada año: cerrar los dos días con algo que marque a los asistentes por “toda la vida”. Kings of Leon entregó un show bonito, pero muy lejos de pagar esa deuda. Por Jorge Rubio

Robert Plant
Calvin Harris
Interpol

Foto 1 por Carlos Müller (Cortesía Lotus)
Foto 2 Cortesía Lotus
Foto 3 por Gary Go (Cortesía Lotus)
Foto 4 por Reinaldo Rodríguez