miércoles, 26 de diciembre de 2012
La Vitrola: Green Day - ¡Dos!
A veces es necesario partir haciendo retrospectiva. Una miradita a como iniciaba el análisis de “¡Uno! (2012)”, en el cual se cuestionaba lo acontecido con Billie Joe Amstrong en la previa al lanzamiento de su novena placa.
Y es que rendirle culto al instante no siempre permite mirar parajes completos, y con un ángulo cerrado se complica un poco el acertar. Por ese entonces se manejaba incertidumbre,. Hoy, las dudas están despejadas, y sería majadero el seguir interpretando signos en busca de segundas lecturas. Lo único cierto y real para medir la estatura de un grupo, son sus canciones (más que sus discos muchas veces), y si con ¡Uno! nos hacían bailar e introducirnos en los que era una fiesta en formato trilogía, con ¡Dos! supuestamente debíamos situarnos en el ojo del huracán, lo cual funciona a cabalidad. ¡Dos! es más cohesionado, más rotundo y por sobre todo: cruje como un combo, donde lo asequible y la electricidad no le temen a bailar un rato, cuajando todo lo hecho a la fecha.
Tracks más sólidos y sobretodo un desempeño muy completo de Mike Dirnt hacen del LP un producto homogéneo, reduciendo los altos y bajos que su predecesor padecía. Ejemplo de ello son al menos tres temas que podrían pasar directo al repertorio fijo del grupo para cuando retomen su actividad en vivo. “Lazy Bones” con mucho gusto a “American Idiot” (2004) y una comunicación inoxidable entre Bajo-Guitarra-Batería, es pura identidad sonora. “Wild One” a punta de un estribillo repleto de consistencias melódicas y “Stray Heart”, con estructura pop y fuertes melodías, regalan pruebas inequívocas de buena salud compositiva.
Tanto al inicio como al final, posicionaron piezas en formato acústico, “See You Tonight” y “Amy”, esta segunda un explicito réquiem para la malograda cantante inglesa.
Lo demás se podría calificar como una serie de singles, algunos con mucha más contundencia que otros, eso que quede claro desde un inicio. “Fuck Time”, “Make Out Party” o “Lady Cobra”, tienen los mismos atributos que por años ha exhibido el grupo en sus composiciones y cualquiera, sin discriminar mucho, lucen como perfectos hits radiales.
“Nightlife”, junto con los temas de cierre, son los que se desmarcan un poco más de la homogeneidad imperante, cruzando hacia terrenos de cadencia, influencia impulsada por el bajo principalmente, e incorporando voces femeninas que la revisten de cierto olor a música negra, resultando en algo dispar por la poca familiaridad que la voz de Amstrong tiene con este género. Por lo demás, la colección de canciones que habita ¡Dos! se muestra bastante compacta.
Green Day da el segundo paso y reafirma que su ambición no estaba lejos de ser realizada, nos sitúan en el núcleo de su trilogía y nos repasan por un coctel de enormes canciones, bañadas en su más puro estilo; accesibilidad y vértigo. Un disco que da en el blanco medio a medio.
Por Francisco Silva