jueves, 8 de noviembre de 2012
La Vitrola: Muse – The 2nd Law (2012)
¿En qué punto Muse consiguió una personalidad propia y empezó a poner una firma reconocible a sus canciones? Sin dudar, en “Origin Of Simmetry”.
¿Cuándo amplificaron su huella sonora e instalaron una gigantesca puerta de acceso a su discografía? Probablemente con “Absolution”.
¿En qué instante encontraron el punto entre lo progresivo y dance de su propuesta? Quizás en el 2007, con “Black Holes & Revelations”.
Y si alguna vez apareciese la interrogante, ¿cuándo Muse quiso variar tanto su sonido que desequilibró totalmente la identidad de su música? La respuesta la situaríamos en este preciso instante y la llamaríamos: “The 2nd Law”.
Créame si le digo que no es un asunto de aprensión genérica, o una especie de militancia, esto va por un asunto de pérdida de identidad; 'Panic Station' suena sintética, algo amorfa y sobretodo desnivelada. 'Survival' busca de manera equívoca alcanzar epicidad que en ningún momento llega a vislumbrar siquiera. 'Madness', siendo un suave delirio, desconcierta un poco en la posición de vanguardia en que se encuentra y no congenia bien con su predecesora -así como con la que la secunda-, tal vez si la hubiesen retrasado un poco el disco estaría mejor calibrado.
Y es que esa necesidad de integrar tanto estilo dispar le termina pasando la cuenta a lo global. Por ejemplo, cuando deja de sonar la última nota de 'Isolated System', no sabemos bien qué pasó por nuestros oídos, son tantas-y tan variadas- las formas que al final no nos queda grabada ninguna. Matt Bellamy parece obsesionado con hacer encajar todos los elementos estéticos y sonoros, por la fuerza en muchos casos, ocasionando un desorden brutal, ejerciendo una fuerza contraproducente a “The 2nd Law”.
Un desfile de fuentes que derraman su influencia, pero en ningún momento ésta llega a sonar unitaria. Lo imperante parecen ser canciones heterogéneas, ya no la una con la otra, sino en la construcción de sí mismas, incluso.
Desde fragmentos zeppelianos a lo más inorgánico que puede ser el Dubstep. La sexta incursión discográfica de los de Devon, no funciona como un todo (porque canción a canción sí lo hace). Si ésto fuese un manojo de temas sueltos, sería bombástico, pero como no lo es y pretende ser un disco, el resultado es un puzzle de estilos.
Pensando a largo plazo este LP podría dar inicio a ese segundo aire para la carrera de Muse, pues buscan la reinvención. Sin embargo, aún están probando. Su gran salto podría venir en la próxima ocasión, así como también podría significar que nos encontremos ante un extravío permanente. Con tanta tentativa, el desconcierto parece lo imperante.
Por Francisco Silva