martes, 2 de octubre de 2012

La Vitrola: Green Day - ¡Uno!

Que Billy Joe Amstrong de pronto mandara todo a la mierda en el escenario del IHeartRadio Festival y luego se confirmara el inicio de una rehabilitación por abuso de sustancias -ad portas del lanzamiento de su noveno disco- parece más una maqueta que el estímulo original pretendido por el punk. Si resulta en algo tangible y traspasa al nivel creativo bienvenido sea. Por otro lado, si es parte de un show, bienvenido sea también. Al fin y al cabo Green Day siempre ha mirado hacia arriba, allí donde se encuentran esos maestros de la parafernalia y del pulso sudado; esos villanos más que héroes llamados The Who.

De estos últimos es tal vez de quienes hayan bebido más inspiración en sus dos obras anteriores, aquellas lúcidas óperas en clave Punk “American Idiot” (2004) y “21 Century Breakdown” (2009), respectivamente. Es tal vez por eso que para esta ocasión decidieron sacudirse un poco las pretensiones y se inclinaron de lleno a esa unidimensional raíz titulada “Dookie” (1994).

Si nos vamos directo al sendero musical, “¡Uno!” se aleja de lo conceptual, aferrándose a la simpleza y al gancho instantáneo, más que a la maquinación de una idea global como se venía reiterando en su discografía reciente. Tal vez el único rastro de exceso que se pueda percibir tras esto, es la aspiración de publicar una trilogía de discos. Mantener el nivel parejo en una triple publicación resultará digno de ver/escuchar.

Este primer asalto, por ejemplo, se mueve bien, pero deja sembradas un par de dudas a lo que puedan ser “¡Dos!” y “¡Tré!”. Si bien no hay ninguna traba a la hora de asimilar los códigos sonoros manejados por Green Day, estas canciones parecen no tener una segunda lectura para enriquecerlas; que el disco trate sobre música bailable no es un defecto, sí lo es que no muestre visión, transformándose en un manojo de tracks disfrutables, entretenidos pero sin proyección.

Con “¡Uno!” estamos aterrizando de manera desenfrenada en los senderos del power pop, rock pop (o la combinación que les apetezca) una afirmación que se deja sentir en temas como ‘Nuclear Family’, la explosiva ‘Let Yourself Go’, hasta la odiosamente pegajosa ‘Carpe Diem’, fácil asimilación donde se nota la mano del eterno productor Rob Cavallo y que se reitera a lo largo de los 12 cortes.

Citando la idea original de esta serie de LPs, la fiesta está recién empezando y al ritmo de ‘Kill the DJ’ o ‘Rusty James’ los fuegos se han abierto. Un comienzo divertido, pero algo carente de personalidad. La noche es joven para estos californianos que nunca han olvidado como crear hits asimilables -al menos para las masas- y ni los años, ni los prejuicios parecen frenar a esta máquina de punk pop-ular que es Green Day. La cuenta ya dio inicio.

Por Francisco Silva