sábado, 12 de mayo de 2012
Bersuit Vergarabat: Comunión Murguera
Bersuit Vergarabat en Chile
Viernes 11 de mayo, Club Chocolate
Habían pasado unos cuantos años desde la última vez que Bersuit Vergarabat pisó suelo chileno. Años tormentosos, en los que duros e insospechados problemas se presentaron. El más duro de ellos ocurrió en 2009, cuando Gustavo Cordera, vocalista histórico de la banda, dio un paso al costado, dejando una sensación de vacío y una estela de incertidumbre a su paso. La situación, aunque dura, despertaba el morbo por ver cómo sería el la propuesta de los de Avellaneda en su reencuentro con Chile.
Haya sido o no esa la razón principal del interés, el Club Chocolate lucía un virtual lleno minutos antes del inicio del show, pactado para las nueve de la noche. “Olé olé olá, de la cabeza con Bersuit Vergarabat” rezaban los primeros cánticos de los fanáticos, a modo de hinchada de fútbol que pide la salida de su equipo. Y, como haciendo caso de esto, la banda en su plenitud saltó al escenario vestidos con sus ya clásicos pijamas homenaje a los internos de un hospital psiquiátrico de Buenos Aires, con Cóndor Sbarbatti y Daniel Suárez (otrora coristas) al frente.
La atención, claramente, estaba puesta sobre los nuevos vocalistas. Es que remplazar a un referente como lo era el “Pelado” (como llamaban cariñosamente a Cordera) no puede ser tarea sencilla. Pero el dúo se adueñó de cada corte con un desplante hidalgo y llamativo, que se materializó a través de diálogos musicales, gestos y bailes que generaron la inmediata conexión con el público. Acorde pasaban las canciones, el colectivo daba forma a una especie de “Ceremonia Murguera” al son del nuevo material y los clásicos de la banda. Así -mientras sonaban canciones como ‘Sin Cerebro’, ‘Perro Amor Explota’, ‘Vuelo’, ‘La Argentinidad al Palo’ y ‘Tomo’- cánticos, manotazos, saltos, camisetas y banderas se daban lugar en un cierto transe colectivo; signo inequívoco de la conexión entre la Bersuit y su público.
Es que más allá de los problemas y cuestionamientos que se puedan presentar, Bersuit Vergarabat representa más que sólo música: es un vínculo irrompible entre sus integrantes y seguidores. Aunque quizás argentinista en exceso, lo que produce la banda encuentra fieles adeptos en todas partes, y en nuestro país en muy buena cantidad. El tema, esta vez, estaba en ver si aquello lo lograba su insigne ex líder o, ciertamente, el conjunto ya se había logrado desmarcar de esa sombra. Y con lo vivido en su show en Santiago alcanza para asegurarlo: Bersuit está vivo y queda para rato.
Es que más allá de los problemas y cuestionamientos que se puedan presentar, Bersuit Vergarabat representa más que sólo música: es un vínculo irrompible entre sus integrantes y seguidores. Aunque quizás argentinista en exceso, lo que produce la banda encuentra fieles adeptos en todas partes, y en nuestro país en muy buena cantidad. El tema, esta vez, estaba en ver si aquello lo lograba su insigne ex líder o, ciertamente, el conjunto ya se había logrado desmarcar de esa sombra. Y con lo vivido en su show en Santiago alcanza para asegurarlo: Bersuit está vivo y queda para rato.
Revisa más fotos del concierto en el Portafolio Melómanos.
Texto por Ignacio Silva
Fotos por Bianca Godoy