lunes, 2 de abril de 2012
La Vitrola: De la mano con Gus, ahí vamos
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Gustavo Cerati – Ahí Vamos (Sony International, 2006) |
Una vez mas “viene” Gus y nos hace vivir en un tubo de experiencias. Esta turgencia musical nos enfrazca con una placa llena de colores que dice simplemente “Ahí vamos”.
Bajo el sello de Sony International, en esta oportunidad retorna a su esencia más pura, con pasajes solitarios, explicitados en más de una toma musical. Se proyecta en la cima del pop, respetando los conceptos internos y profundos del rock con sólo escuchar algunos acordes distorsionados y la referencia de su voz se hace lógica. Esa guitarra conocida para todos, pero llena de matices impredecibles y que se ajusta a un motor vocal incansable que transporta sangre al resto de los órganos musicales.
Varias sensaciones nos deja, esta vez en cortes como “Medium”, que es un viaje sin retorno, infinito y sin alusiones, a sonidos resplandecientes del alma que no deja de taladrar los oídos. De la mano muestra en “Al fin sucede”, algo más inquieta, rítmica y certera, tratándonos de decir que las cosas que esperamos o no, ese miedo invasivo transversal llega. Deambulamos por esos casos no resueltos y perdidas en vida como expresa por si sola, “Crimen”, una historia permanente desconocida sin puerto como es la misma “Adios”. La fortaleza de “Dios nos libre” más potente y carnal de una cosecha rápida de los excesos del amor. Culminando con la perla del disco mencionada por el mismo argentino “Lago en el cielo” con algo de reverberación y estilo, lo mas “soda” que podemos apreciar se encuentra en este corte, lleno de calidad, gas, amor y clase, que te dice que "ir despacio, es un camino para encontrarse".
Gustavo Cerati, se podría decir, que tiene una voz prodigiosa para el rock. Los arreglos son distorsionados e inefables, porque ya radico un estilo propio. La sutileza para traducir en canciones avalanchas de sicodelias y sensaciones viscerales, lo hacen un compositor sencillo y un músico destacado. “Ahí vamos” es más bien personal, preciso y de calidez innata e invita a “que nos vuele la sonoridad por el aire”.
Por Felipe Araya