miércoles, 16 de diciembre de 2015
In-Edit Nescafé 2015: Grandes Historias
El domingo terminó la edición 2015 del siempre excelente Festival Internacional de Cine y Documental Musical In-Edit. En sus cuatro sedes, el evento exhibió cerca de un centenar de filmes estrenados en el último año. Acá la primera parte de nuestro reporte, dedicada a aquellos audiovisuales que destacaron, por sobre todo, por sus grandes historias.
Never turn your back on Sparks: Genios raros, fans raros
Sparks es una banda que nace en la década de los 70 destinada a ser de culto. Primero como sexteto, luego como el dúo conformado por los hermanos Ron y Russel Mael, es un conjunto que no solo se construye a través de la música, sino también desde su fanaticada.
“Never turn your back on Sparks” (2014) es obra del israelí Pinchas Schatz, seguidor acérrimo del dúo estadounidense, y cuenta la historia de la banda a través de sus propios –y excéntricos– seguidores. Es decir, es un documental sobre los seguidores de Sparks, que cuenta con célebres nombres como Mike Patton, Björk, Morrissey y Def Leppard (entre tantos otros) y las razones de porqué la mejor banda del mundo no tiene la popularidad que se merece.
En 50 minutos, la cinta se transforma en un aval necesario sobre cómo la fanaticada es el mejor medidor del verdadero legado de una banda. Personas fielmente influenciadas por letras ingeniosas, coros pegadizos y extrañas formas de comportarse. Quizás Sparks no tenga la popularidad que se merece, pero encabeza el listado de aquellas que valen mucho más que las que llenan estadios. Por Jorge Rubio.
Theory of Obscurity, A film about The Residents: Reflexiones sobre el misterio
The Residents es, por definición, una banda de culto. Tras 40 años manteniendo el secreto sobre la identidad de sus integrantes, las expectativas ante un documental sobre ellos pueden caer en lo sencillo: revelar todos los detalles de su historia.
Entonces, ¿cómo abordar el relato sin matar el misterio? Don Hardy Jr. encontró la fórmula perfecta. En “Theory of Obscurity: A film about The Residents”, el realizador centra su objetivo en dar una explicación a la Teoría de la Oscuridad, que es la manera en la que el grupo ha funcionado durante todos estos años. A partir de ahí, se pasa por algunos dato biográficos del colectivo, desde su conformación en San Francisco, hasta la particular historia tras su nombre y las icónicas máscaras de ojo ocular y sombrero de copa que se ha transformado en su sello.
Pero lo más relevante es que en sus 87 minutos, el documental reivindica la imagen e importancia de The Residents, y permite entender que más allá de su influencia en la música (gracias a relatos de artistas como Les Claypool), el grupo es una eminencia del arte de vanguardia por sus experimentos multimediales y la teoría tras su obra. Un filme imprescindible sobre una banda imprescindible. Por Ignacio Silva.
The case of the three sided dream: La religión de los sueños
Cuando la gente veía tocar a Rahsaan Roland Kirk por primera vez, el hecho de que tocara tres instrumentos al mismo tiempo era solo un truco. Cuando se enteraban de que era ciego, se pensaba que solo lo hacía por impresionar. Pero la verdad tras el talento de Rahsaan estaba lejos de un afán por ser el centro de atención.
Dirigida por Adam Kahan, “The case of the three sided dream” muestra la historia de Roland Kirk, artista famoso por la interpretación simultanea de instrumentos de viento y por ser el primer jazzista negro en aparecer en la televisión estadounidense en tiempos de discriminación racial. La cinta, que recorre desde los inicios de su carrera hasta su muerte, es una recopilación valiosa de material que muestra la técnica, talento y carisma de uno de los músicos fundamentales del género.
Y es que lo de Rahsaan Roland Kirk iba mucho más allá de los sonidos. Canalizaba sus sueños a través de la música, esos que para él dictaban la forma de vivir, de actuar. Un hombre que a través de la música entregaba energía, sentimiento y algo que también llaman inspiración para hacer lo que sea. Por Jorge Rubio.
B-Movie, Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989: En primera persona
La Alemania de fines de los 70 parece ahora la tierra prometida en materia musical, pero en su momento pocos pudieron ver el potencial de un lugar que todavía se mostraba golpeado por los daños de la guerra. El británico Mark Reeder fue uno de los visionarios y en “B-Movie: Lust & Sound in West-Berlin 1979-1989” muestra en detalle lo que fue su experiencia.
Construido a partir de videos que el propio Reeder grabó en la época, el documental muestra de primera fuente –y con la estética deslavada propia de las cámaras super 8- fuente la vida en una ciudad que debajo de esa capa oscura y triste, guardaba una escena bohemia cargada de sexo, droga, fiestas y algunas de las bandas más desprejuiciadas y experimentales que se hayan visto.
B-Movie, en efecto, no cuenta la historia de un movimiento; es, más bien, un registro de las aventuras de un outsider atípico que se empapó de la cultura germana y fue parte de su historia, ya sea viviendo en casas okupas, conviviendo con bandas como Malaria! y Einstürzende Neubauten, guiando en la ciudad a un Nick Cave receptivo, o viviendo en carne propia el paso del postpunk a la electrónica. Por Ignacio Silva.
Alive Inside: La memoria de las canciones
“Alive Inside” venía precedido de elogios y reportajes en la televisión. Es que la idea de que la música tuviera un efecto más importante que el ser un objeto de consumo y entretención, le daba un valor que pocas veces tiene. Sin embargo, la apuesta del documental era otra.
La película, dirigida por Michael Rossato-Bennett, es un seguimiento al trabajo de Dan Cohen (Musicandmemory.org), que emociona desde el primer minuto. Cohen, en uno de sus trabajos, experimentó que la música podía traer recuerdos remotos de pacientes con demencia o alzhéimer. El primer caso que se expone es el de Henry. Su reacción al escuchar la música de su juventud es pasar de la vegetación absoluta a la emoción y un despertar lleno de alegría, demostrando que la música posee atributos que ninguna droga puede reemplazar.
Pero más allá de documentar y explicar un hecho científico, “Alive Inside” propone una reflexión necesaria. Después de ver este documental, escuchar música se hace distinto. Es algo similar a hacer un depósito de recuerdos para ser jóvenes mañana. Es escuchar música porque sí y porque mañana nos traerá más de alguna luz de felicidad. Por Jorge Rubio.
Jaco: Admiración profunda
Por definición, el camino de la música es difícil de vivir. Casos de músicos que se han hecho millonarios, famosos y parecen llevar una vida de felicidad hay muchos, pero también hay algunos a los que les ha pasado lo contrario. Jaco Pastorius es, tal vez, uno de los emblemáticos.
Pese a ello, “Jaco” no se limita sólo a contar la trágica historia del autodenominado -con justicia, eso sí- mejor bajista del mundo; es también una reivindicación a su figura. Entre su difícil niñez como hijo de un crooner vicioso, sus comienzos en la música, su asenso como figura del jazz, su visión de la música, sus obsesiones, sus penas y sus alegrías, el documental logra poner en evidencia el genio que el autor de ‘A Portrait of Tracy’ fue.
Porque más allá de su trágico final, Jaco Pastorius rompió barreras y cambió la manera de usar y percibir el bajo eléctrico, transformándose además en influencia para bajistas ilustres que en el film le rinden tributo (desde Bootsy Collins a Flea y Robert Trujillo). Por Ignacio Silva.
El parra menos parra: Historia de un hombre común
Payaso, compositor y artista. Oscar Parra Sandoval es el menor del clan Parra y poco ha hecho para deslumbrar gracias a la fama de sus admirados hermanos Violeta y Nicanor. De eso habla el registro realizado por Jorge Catoni en “El parra menos parra” y que ostenta el premio de Mejor documental IN-EDIT Nescafé 2014.
En poco más de 40 minutos, el director de la cinta logra introducir a Tony Canarito, apodo circense de Parra, con inteligencia, humor y una estética jugada. Precisamente, la gracia está en la forma y relato, donde nos muestra al desconocido cantautor en su escenario: el circo, su entorno familiar y las cantinas de barrio.
Una obra que demuestra merecer el premio otorgado en la versión pasada, que no busca ser pretenciosa ni reprochar por la poca valoración del destacado. Es una película sincera, natural y entretenida. Quizás, uno de los trabajos más interesantes sobre alguien que compone uno de los clanes artísticos más famosos del país. Por Jorge Rubio.