lunes, 6 de octubre de 2014

Queens of the Stone Age: Los sordos vs la máquina de la diversión

Queens of the Stone + Alain Johannes
Domingo 5 de octubre, Movistar Arena

“Somos todos amigos, ¿ok?”. Fue ésta una de las frases con las que Josh Homme se aproximó al comúnmente feroz público chileno que invadía el Movistar Arena, mientras prendía fuego a todos con la mirada. Una de las bandas más arriesgadas que conoció el rock de los años 2000 estaba de vuelta a sólo un año de pisar el mismo cemento en Lollapalooza, tras un set obligatoriamente corto (motivos contractuales) para sus estándares. Eso sí, ahora contaban con el desafío de llevarle a los fans los temas de “…Like Clockwork” (2013), aquel futuro clásico que movió olas y montañas durante el año pasado. ¿Habrán hecho justicia a los fans disponiendo de 2 horas esta vez?

La respuesta no es ni sí ni no en este caso, y es que Queens of the Stone Age ha hecho un exorcismo en el Movistar Arena, digno de cambiar vidas. Desde los primeros minutos de Alain Johannes en el escenario hasta la música de fondo que acompañó la retirada de los fanáticos, el incendiario espectáculo quedó automáticamente como candidato a concierto del año en Chile.

Dan las 19:50, y entonces entra Alain Johannes, regresando a su tierra natal para calentar los motores de la masa. Su excelente set de apertura estuvo acompañado de honores a Eleven, su antigua banda con su difunta esposa Natasha Shneider, como ‘All My Friends’ y ‘Nature Wants to Kill Me’. Incluso aprovechó para mostrar un adelanto de su próximo disco, “Fragments & Wholes, Vol. 1”, en la forma de ‘Kaleidoscope’, una manta aural que envolvió a los presentes en un mar de sonidos que recordaban a su banda primaria. Luego de empuñar su reconocible guitarra de caja de cigarros para las encantadoras ‘Endless Eyes’ y ‘Return to You’, Alain se enchufa de nuevo para 4 canciones más, cerrando con ‘Making a Cross’, de The Desert Sessions. Durante el curso de una hora, la voz de Alain se mantuvo clara y armoniosa, mientras que la elección de canciones permitió darle más variación al setlist.

A las 21:20 entra finalmente Josh Homme y compañía, haciendo gala de sus fuerzas mayores en la tríada inicial de ‘Millionaire’, ‘No One Knows’ y ‘My God Is the Sun’. Tras expresar su felicidad por estar de vuelta, Homme disparó la bengala de lo que sería una noche a la velocidad y adrenalina de una montaña rusa en loop eterno.

Una de las cualidades de los Queens que brilló en su puesta en escena es la impredecibilidad de sus shows. La banda siempre mantiene herramientas extra en su caja, tal como su presentación de ‘Better Living Through Chemistry’ en Argentina el pasado 2 de octubre. Aquí en Chile nos prepararon para una sorpresa mayor: las legendarias ‘In the Fade’ y ‘The Fun Machine Took a Shit and Died’ hicieron su aparición, descolocando (aunque gratamente) a una masa de congregados que observaban sin pestañar la ejecución de ambos temas.

Además, los Queens saben más que bien -al igual que Alain Johannes un rato antes- que un gran show debe equilibrar energías, sin aturdir ni aburrir al público en los dos extremos de tempos, de modo que configuraron un setlist carruselístico, pasando por la prácticamente dance 'If I Had a Tail’, el submundo onírico de ‘Kalopsia’, el desfile borracho de ‘Smooth Sailing’ y la inyección de adrenalina en reiteradas ocasiones con los highlights de ‘Little Sister’ y ‘Sick Sick Sick’.

Último y fundamental: los músicos están en mejor forma que nunca antes. Homme no da ni cuenta de su experiencia casi mortal en 2010, con su display de bravado, coquetería, humor y sobre todo, sus vocales. La precisión de Jon Theodore en la batería deja hasta sombras de su glorioso pasado en The Mars Volta, la mezcla de riffs de Homme y Troy Van Leeuwen añadían para efecto desestabilizador, la presencia en los teclados de Dean Fertita se hizo notar (especialmente en ‘Fun Machine’) y, cómo no, ahí estaba Michael Shuman para poner hilo conductor con el bajo.

En resumen, decir que Queens of the Stone Age dejó todo en la cancha no es del todo justo. Lo que hicieron junto a Johannes fue llevar al público en un viaje astral del stoner rock, ida y vuelta con caña y todo. Hemos de esperar que el prometido sucesor de “…Like Clockwork” aparezca tan pronto como se ha especulado, y nos garantice otra más de estas grandes noches.



Por Camilo Pérez Fernández
Fotos: Gary Go - Lotus Producciones