domingo, 3 de febrero de 2013

Yellow Cave: Cuando chocan los tiempos


Escuchar a Yellow Cave es trasladarse a la década de los 70, la edad de oro del rock, tiempo que acogía a íconos de la música, como Led Zeppelin y The Who. Pero más allá que recordar viejos tiempos, estos cuatro músicos se olvidan de las edades y dejan fluir su creatividad compositiva.

Conversar con Matías Zuñiga (guitarra y voz), Pablo Serrano (bajo) y Tomás Salas (batería) sobre música, es como recorrer distintos pasajes de viejas experimentaciones, pero hechas en pleno siglo XXI.

¿Qué es lo que más les gusta de Yellow Cave?

Pablo: Lo que más me gusta es que es música creada por nosotros mismos. No le estamos copiando a nadie. Es algo que no has escuchado nunca. Las letras, la forma de poner los acordes es algo único.

Tomás: A mí me gusta lo transversal de nuestra música. La puede escuchar cualquier persona. Desde niños hasta gente más vieja.

Matías: Es que tiene mucha diversidad. En el disco, hay composiciones del Rafa (Rafael Salas, guitarra), de Tomás, canciones mias. Entonces, esa variedad de creaciones es lo que hace de nuestra música, algo muy rico, que va de cosas más antiguas, mezcladas con otras más modernas.

Y a partir de eso, ¿qué es lo que se puede encontrar en el primer disco?

M: Se pueden encontrar muchos estilos. Hay canciones que son muy tranquilas y otras muy rockeras. Otras que son medias bossanova y otras que son más 'volás'. Y todo está unido bajo el mismo sello que es el que entrega Yellow Cave. Y actualmente, es eso lo que estamos promocionando, además de trabajar en nuevas canciones de forma paralela.

Llama mucho la atención la formación de la banda, ¿cómo se conforma y se logra algo como Yellow Cave a partir de dos generaciones tan distantes?

P: Nosotros, los más abuelitos, que soy yo y el papá de Tomás, tenemos un amor especial por estos cabros. A Tomás lo conozco desde muy chico, a Matías un poco más tarde. Y Rafael y yo ya habíamos tocado antes, a la edad de ellos. Tuvimos un grupo que se llamaba "Edén" en el año 1975 y tocábamos en la televisión, en esos programas juveniles de baile. También viajé y toqué harto con Oscar Andrade. Y tiempo después conocí a Matías y Tomás. A mí me encanta tocar con ellos, porque siempre están haciendo cosas novedosas para mí. Entonces, si voy a estar en mi casa con el control remoto, pudiendo estar tocando bajo con estos cabros y aprender de ellos, no hay por donde perderse.


Y ¿qué parte de la experiencia que tienen Rafael y tú, aportan a la banda y qué es lo que se puede ver en el trabajo final?

P: Es la tranquilidad y la estabilidad de estar todos juntos. Siempre estamos echando a delante todo esto. Más que nada es el apoyo.

M: Es que, de cierta forma, nos tratamos todos por igual. Ahora, la experiencia que ellos nos aportan va más en el sonido y las influencias que pueden aportar, logrando el equilibrio que todos buscamos.

Ustedes han hecho mucho trabajo en el extranjero. Estuvieron en Inglaterra y gran parte de sus seguidores son de allá. ¿Por qué hacer más carrera fuera de Chile?

M: Desde un comienzo, la idea fue salir del país. Siguiendo todo esto, nos promocionamos harto allá y viajamos a Inglaterra, conseguimos muchos contactos y ahora estamos viendo la posibilidad de irnos de gira. Además, nuestro sonido es mucho más acorde a la industria de allá, que es mucho más grande y que, quizás, nos pueda ir mejor.

Por lo mismo, su sonido es mucho más inglés, en comparación con otras bandas chilenas que hacen algo similar, pero en español...

P: Con los idiomas, por lo menos, yo, no tengo ningún atado. Hay unas canciones que cantamos en español y que son covers que pide la gente y todo. Pero nuestro fuerte, definitivamente es el inglés.

M: Es que a la hora de componer, sonaba mucho mejor el inglés. Nos salió más natural, aparte que nuestro sonido es más inglés.

Más que por hacer carrera afuera, entonces, es algo que va más por sus influencias...

M: Claro.

P: Tocar en inglés en Chile es algo complicado. Es un arma de doble filo, porque el chileno tiende a escuchar más cosas en castellano. Pero, en este caso, en la forma de música que es, podría llegar a cualquier tipo de gente y no importará el idioma que ocupemos para cantar.


¿No se sienten como una banda extranjera dentro de su propio país?

M: Igual es raro, porque el tema del inglés, como dice Pablo, es un poco más difícil acá. Está el caso de Intimate Stranger que se fue del país y luego volvió y le va súper bien. Y hay otras bandas que también tocan en inglés y les va bien.

P: Es que musicalmente, es muy rico el sonido en total. Más allá del idioma, el sonido en Yellow Cave es rico en sí.

¿Con qué se debería encontrar la gente que nunca ha escuchado a Yellow Cave?

M: Con hartos solos de guitarra, sonidos muy ricos. Música moderna con elementos vintage. Todo es muy diverso.

P: Y se van a encontrar con una evolución constante. Siempre vamos subiendo un escalón más allá y hace de nuestra música algo muy experimental. Tomás ahora está tocando guitarra y no solo batería. Y así vamos probando y eso se ve en un producto final muy experimentado.

¿Yellow Cave es apto para todo público?

P: Totalmente. Es una mezcla entre quienes gustan del rock clásico, como Pink Floyd, Led Zeppelin, Jimmy Page; y la energía de estos muchachos y sus nuevas ideas. Es como un choque de dos generaciones, que se juntaron en un punto y nació Yellow Cave.

Hoy, Yellow Cave está participando en un concurso organizado por Hard Rock Café Santiago, promocionando el sencillo más reciente ("Money") de su placa debut, "Yellow Cave". Además, la banda se prepara para lanzar un nuevo EP, con nuevas canciones que prometen encantar y rescatar esas viejas melodías que tanto hacen falta en nuestro país; y que será lanzado dentro de los próximos meses. Si Europa tiene rock, Chile tiene Yellow Cave.

Por Jorge Rubio Soto
Fotos gentileza Yellow Cave