lunes, 19 de noviembre de 2012
La ambición Pulsar, parte III (final)
Domingo 18 de noviembre, Estación Mapocho
Toda fiesta tiene su final. La diferencia de esta celebración fue que a nadie se le echó con los lentos y todos salieron con más de una sonrisa en la cara. Todos. Un fin de semana lleno de música chilena. Un capítulo alegre, que sienta bases para un nuevo resurgimiento. Esa fue la ambición del Pulsar y este fue su tercer día.
Nuevamente, a las 11.30 de la mañana, partía puntual en la Sala de las Artes, un espectáculo de calidad para los pequeños asistentes de la jornada. El Tío Rodrigo y las Mosquitas muertas (pero vivas), hacían feliz no sólo a los regalones de la casa, sino que mantuvo entretenidos a los papás que a esa hora llegaban para disfrutar junto a sus hijos. Rock, mucho rock, teatro y dinámicas divertidas, hacían de un espectáculo inusual para un público infantil, una de las mejores postales del día.
Lo mismo pasó con Achú, cuando ya había más gente en el recinto y que se agolpaba para recibir los DVDs de regalo que lanzaban los artistas. De los seis espectáculos infantiles de esta versión, este fue el más concurrido. Lo cual fue la primera señal de que hoy quedaría la grande.
Y mientras Constanza Despouys se presentaba en el Acústico 1, Diego Sepúlveda cerraba uno de los componentes más importantes para el nuevo movimiento musical del país. “Sello Cazador: Palabras al cierre”, una conferencia que sirvió como relevo para los nuevos sellos independientes, a seguir trabajando por lo mismo y que motivaran a la sociedad a enfocarse en crear identidad nacional a través de la música.
Una primera parte llena de Jazz, Blues y un pop cándido y dulce, traído de la mano de Contracuarteto, Pancho Blues y Asteroide B-612, respectivamente. Todo esto, en la antesala de las masivas concurrencias para los shows siguientes.
Fue cuando llegó el turno de Camila Moreno, en la Sala de las Artes. Nunca había estado tan lleno. Buscando la perfección en sonido, partieron con un retraso de 15 minutos. Esto significó que las presentaciones siguientes, pero no todas, se corrieran un rato más. Lo mismo sucedió con Gepe, que dejó la "escoba" con sus 45 minutos de majestuoso espectáculo, con bailes andinos y sus clásicos de antaño.
Y como hoy era el turno de la cumbia y la pachanga, Villa Cariño preparaba los ánimos para que, más tarde, sucediera lo mismo que con Gepe, pero con Chico Trujillo. Entre medio, Milton Mahan desenvolvía su lado más oscuro, tocando temas de su proyecto solista, Nueva Orleans. Canciones y letras que se diferencian por completo de Dënver y que hizo impacientar a sus seguidores en la espera del estreno de su disco.

Y mientras Juan Cicerol tocaba en el Acústico 2, en las afueras, Los Jardines Humanos hacían de las suyas. Eso sí, hay que considerar que el escenario de las Terrazas no era muy cómodo para deleitarse con el virtuosismo de la banda. De todas formas, realizaron una buena presentación.
La sorpresa vino con los extranjeros Animic. Frente a una inexplicable reducida audiencia, el conjunto presentaba un rock experimental de calidad. Esto hace que sea incomprensible que, pese a lo lleno de otras presentaciones en el mismo salón, la gente no hubiera aprovechado de escuchar tamaña perfección.
Para culminar una de las versiones más exitosas de la feria, Saiko y su regreso a las canchas, hacían un redondeo de todo el certamen. Tal como dieron el puntapié inicial, se encargaron de dar el broche que faltaba para que todo fuera perfecto.
Más que una instancia de ver buenas bandas musicales a un bajo precio, el tercer año de Pulsar sirvió para hacer un análisis de lo que está sucediendo en el país a nivel cultural. Y las conclusiones de todas las discusiones al respecto, es que hoy, Chile goza de los primeros síntomas de buena salud musical. Es hoy que comienza un nuevo resurgimiento para esa industria que nunca existió y que ahora está en manos de los protagonistas: los músicos.
Si hay que ser ambicioso, que sea con buenas intenciones. La ambición del Pulsar se concretó y ya es profético que la próxima edición no será igual que esta. Será mejor.
Texto por Jorge Rubio Soto
Fotos por María Paz Arias