lunes, 9 de abril de 2012

La Experiencia Lollapalooza: Día 2, Parte 1

Festival Lollapalooza Chile 2012
31 de marzo y 1 de abril, Parque O'Higgins


El domingo en la mañana llegamos al Parque O’Higgins con el recuerdo y el cansancio de la primera jornada. Las ampollas, los dolores musculares y el sueño nos decían que habíamos tenido un día agitado, pero pensar que íbamos a Lollapalooza lo arreglaba todo. Esta vez, aunque el trayecto de la línea 2 del metro que debíamos tomar (Los Héroes – Parque O’Higgins) estaba llenísimo, la entrada al recinto fue expedita. Una cosa casi soñada para un evento de tal convocatoria.

Al ingresar, nos fuimos al escenario con nombre de bebida cola donde se estaba presentando Camila Moreno. La artista montó un show inteligente ante un público que se podría haber pensado –por el resto del cartel- que no era el de ella. Pero recursos como la llamativa apuesta visual (overoles, pintura, colores fosforescentes), el sonido contundente y la energía hicieron que un buen número de personas llegara a ver lo que la artista estaba haciendo. Punto aparte fue el momento en el que Moreno, tras dar un breve discurso en contra de la Ley Antiterrorista, llamó a sus músicos a encapucharse y tirar bombitas de agua al público. Una excelente movida que hizo que todos saltaran y se involucraran más con el show de la cantautora y sus secuaces.

Después de Camila Moreno, nos fuimos al escenario de al lado (el principal) donde ya se escuchaba algo de música. El marco de público evidenciaba que se trataba de una de las bandas esperadas. En efecto, Foster the People eran los que estaban tocando, abriendo su show de una hora de duración. Los de Los Ángeles se echaron al público al bolsillo desde la primera canción, cumpliendo con las expectativas que se tenían sobre ellos. La banda, que venía de un 2011 de ensueño, hizo saltar a todos, logrando una energía que incluso los impresionó a ellos. Para el final del set estuvo una versión extendida del hit ‘Pumped up Kids’, que culminó con Mark Foster (frontman de la banda) tirándose a la fanaticada. Broche de oro.

Cuando terminó lo de Foster the People, la manada que corría entre los escenarios se movió hacia el de la marca de bebida. La razón estaba clara: comenzaba la presentación de Friendly Fires. A esa hora, el sol sobre el Parque O’higgins no daba descanso, pero todo se hacía más llevadero con la música del trío británico como protagonista. Una especie de indie/dance/punk/ funk/soul que, acompañado por una sección de bronces, no dejó a nadie sin bailar. Condición que cumplió a cabalidad Ed Macfarlane, el histriónico vocalista de la banda quien, con su baile frenético, contagió a todo el público que llegó a verlos pese al intenso calor. Es que los chicos de ‘Paris’ saben cómo provocar y sobre el escenario mojan la camiseta, literalmente.

Tanta energía subió la temperatura, así que fuimos al pasto a tomar agua y comer un poco de galletas –ya habíamos aprendido la lección con el tema de los tickets. Tras un rato de descanso nos movimos al Alternative Stage, donde estaba por salir Morodo. El MC español se hizo esperar, dejando un prolongado tiempo para una introducción a cargo de su banda soporte. Pero la espera valió la pena cuando el de Madrid se despachó de entrada ‘Más Llama’, un tema contestatario que encendió al público que demostró conocerlo muy bien. Es que a pesar de que el “Moro” ha editado sólo tres LP’s en solitario, cuenta con una abultada batería de éxitos que son material de culto para los seguidores locales del dancehall y ritmos jamaicanos. Ahí la razón de la expectación que había levantado su presentación. Sin embargo, nuestra intención era ver a algunas bandas chilenas, así que en medio de una extraña versión de ‘Qué vas a hacer’ nos retiramos para ver a We Are The Grand.

Y la sorpresa fue grande al entrar al Huntcha Stage. Quizás, el nombre de los chicos de WATG era uno de los que menos le sonaba al público del festival en general, pero poco antes del inicio, la Cúpula ya se llenaba. Es más, para cuando el cuarteto subió a escena, ya se veía un lleno total. El marco sorprendió (y emocionó) a la banda, que respondió con enérgicas interpretaciones de las canciones de “Chasing Lights” -su EP debut- más algunos adelantos de lo que será su primer larga duración. Pero, más allá de las cuentas alegres que se puedan sacar de la presentación, lo más importante es que We Are The Grand aprovechó su oportunidad y, haciendo gala del talento y las ganas, hicieron llegar su propuesta a un público más masivo que lo acostumbrado. La música chilena tiene nuevas caras y pinta bien.

Ya afuera, nos movimos a Kidzapalooza (una de las pocas zonas que no habíamos visitado) para esperar un show que, quizás sorpresivamente, había adquirido el carácter de imperdible: 31 Minutos. Con las buenas críticas de lo que habían hecho el día anterior, la serie infantil llenó a más no poder el reducido espacio del reducto infantil, juntando a un público de todas las edades. Con una entretenida historia protagonizada por los mismos personajes, la banda conformada por los hermanos Ilabaca (Pablo en guitarra y Felipe en bajo), Camilo Salinas en teclado y Pedropiedra en batería, interpretó canciones de dominio popular como ‘Diente blanco, no te vayas’, ‘Mi muñeca me habló’ y ‘Bailan sin Cesar’. Niños riendo, padres cantando y todos sorprendidos por lo atractivo que se hizo el show tanto visual, como musicalmente. 31 Minutos fue un goce para grandes y chicos que terminó siendo uno de los puntos más notables del festival entero.

Por Ignacio Silva


*Más fotos del segundo día de Lollapalooza en nuestro Tumblr (Por Bianca Godoy).