martes, 3 de abril de 2012
La Experiencia Lollapalooza: Día 1
Festival Lollapalooza Chile 2012
31 de marzo y 1 de abril, Parque O'Higgins
La expectación era alta y argumentos había de sobra. Lollapalooza tenía una nueva versión en nuestro país y todos querían ser parte de ella. Nosotros –obviamente-, también. Es que un cartel con más de 60 nombres entre nacionales y extranjeros no puede pasar inadvertido. Además, este festival tiene algo especial, que lo convierte en más que una simple jornada de música: entre extensas áreas verdes, seis escenarios, stands y miles de personas; Lollapalooza es toda una experiencia.
Así que sin pensarlo más llegamos al Parque O’Higgins, a eso de las 11:30 de la mañana del día sábado. Saliendo del metro, una extensa fila de alrededor de tres cuadras nos esperaba. Se veía mal, pero casi sin darnos cuenta, luego de unos minutos ya estábamos entrando.
Una vez en el parque corrimos al Claro/LG Stage. Recién comenzaba Pedropiedra y la energía de su show se sentía a lo lejos. Lo acompañaban, entre otros, Gonzalo Yáñez en guitarra y Fakuta y Felicia Morales en los coros. La ya clásica ‘Inteligencia Dormida’ fue el punto más alto de lo que alcanzamos a ver de la presentación de Subercaseaux, porque en la lógica de festival, pretendíamos alcanzar a ver a un buen número de artistas y en el Perry`s Stage (Arena Santiago) ya avanzaba el show de El Sueño de la Casa Propia.
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El Sueño de la Casa Propia |
El porteño tenía al público expectante desde su posición en las perillas. Secundado por un baterista y unas notables visuales, ESDLCP sumió en lo experimental de su electrónica al público que llegó a presenciarlo. Una mezcla entre fiesta y reflexión, que concluyó de abrupto cuando los músicos bajaron del escenario.
Adrianigual eran los próximos en salir. Diego Adrián y Nacho Aedo llegaron junto a su bajista y su corista, impresionados desde el principio por el marco de público. En la presentación, el dúo repasó lo mejor de sus dos producciones, entre enérgicos pasos de baile que contagiaron a todos los presentes. ‘Arde Santiago’ y la muy punk-dance ‘La Mística Espiral’ destacaron en un show redondo que dejó a todos conformes y con ganas de más.
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Adrianigual |
Ya eran las 14:00 y había que tratar de comer algo. Acá va uno de los puntos bajos del festival: para poder comer era necesario comprar tickets. Negocio redondo, ya que entre dos, con $10.000 compramos 10 tickets que se hicieron pocos, tomando en cuenta que una pizza individual costaba 3 tickets y el respectivo bebestible, uno más.
Pero bueno, entre que comimos y descansamos un poco, nos llegaron las cuatro de la tarde, hora en que estaba pautada la presentación de Los Tetas en el Alternative Stage; una de las más esperadas por nosotros. El comienzo de ésta fue algo extraño. Una melodía desconocida provocó la confusión, pero con el correr de los minutos nos percatamos que se trataba de una canción nueva. Más tarde, Tea Time confirmaría que la banda está trabajando en un disco nuevo. Pero lo importante era que ahí estaban los cuatro integrantes originales de Los Tetas (acompañados por Felo Foncea y un trío de bronces) tocando ante un público masivo canciones ya clásicas como ‘Primavera’, ‘Papi… Dónde está el Funk’ y ‘Porcel’, además de la coreada –y saltada- ‘Cha Cha Cha’. Y, pese al paso del tiempo que se reflejó en algunos aspectos como la versión algo más lenta de ‘La Paradoja’, quedó demostrado que la banda emblema del funk nacional siguen siendo la misma. Dato no menor, considerando que los fanáticos de los tiempos del “Mama Funk” que estaban en el público ya rozan los 40 años.
Y bueno, como pueden intuir, nuestro objetivo en el festival estaba claro: más allá de los atractivos nombres extranjeros que se presentaban a cada hora, queríamos ver a esas bandas nacionales que tocaban acá como una consagración. En esa dinámica es que después nos fuimos al pequeño Huntcha Stage (Teatro La Cúpula) para ver la presentación de los nacionales Folläkzoid y la sorpresa fue grande. La banda montó un show impecable, en el que las luces bajas fueron grandes protagonistas. Es que Folläkzoid crea un ambiente propicio para que su música, fuertemente influenciada por la Alemania de los sesenta, sea el principal protagonista del viaje colectivo que logran gracias a las frecuencias bajas y repeticiones, en su propuesta sicodélica de un trip psicotrópico. Se prendieron las luces y nos dimos cuenta que los muchachos, a los que nunca vimos claramente, ya se habían bajado del escenario, así que salimos a ver qué pasaba allá afuera.
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La oscuridad de Folläkzoid |
En el Claro/LG Stage estaba el quinteto de Kentucky, Cage The Elephant. A pesar de lo interesante que era verlos en vivo, eran casi las siete de la tarde y el calor no daba tregua, así que la mejor idea era escuchar a la banda desde el pasto del parque, aunque se perdiera la gracia de sentir la música desde adelante. De igual manera se lograba apreciar la puesta en escena de la agrupación, con un hiperactivo Matthew Schultz que no paró de moverse y llamar la atención. Pero en lo musical, Cage The Elephant dejó que desear, razón por la cual una gran parte del público que presenciaba su show se fue antes del fin a tomar posiciones para ver a la banda que venía: Arctic Monkeys.
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La pantalla indicaba que ya venían los Arctic Monkeys |
La banda liderada por Alex Turner, se presentó impecablemente a las ocho de la noche para dar inicio al show con un público expectante y fervoroso. Jóvenes, adultos e incluso niños, se congregaron en frente del Coca-cola Stage y vibraron desde un comienzo con las canciones de una banda mucho más madura. ‘Don’t sit down cause I’ve moved the chai’r, fue el tema escogido para encender los ánimos, pero no fue sino hasta ‘Teddy Picker’ y ‘Brianstorm’ donde se nos soltaron las trenzas y comenzamos a saltar gritar y cantar junto a un montón de otros fanáticos aún más frenéticos que nosotros.
Luego de ver a más de una chica rubia afligida saliendo del caos provocado por Turner y compañía, nos dirigimos (luchando contra la masa) hacia el Perry’s Stage para ver que tan solo estaba Calvin Harris. Desde la mañana habíamos comentado que era el más perjudicado con los horarios (mitad de Arctic Monkeys y mitad de Björk), y que posiblemente estaría tocando frente a algunas pocas personas. Sorpresa fue el ver que estaba repleto, tanto así que después de entrar no podías salir y volver a ingresar. Desde cancha a platea alta estaba rebosante de jóvenes con su puño en alto siguiendo las canciones del Escoses. Frenesí, caos, chicas sin poleras, hombres poseídos, todo gracias al DJ set programado, donde el escocés ejecutó –en su mayoría- remixes de sus propias canciones, y con el cual dejó más que contento a su público chileno.
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Calvin Harris |
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El público de Calvin Harris |
Algo shockeados e impresionados por el lleno del espectáculo, salimos para ver lo que estaba haciendo Björk en el Claro/LG Stage, y con tan sólo salir del Movistar arena, nos encontramos con una melodía que contrastó con lo que veníamos escuchando desde dentro. Sanó nuestros oídos.
‘Cosmogony’ fue el punto de partida para el show, sin embargo sólo llegamos a una parte de él. El “gracias Chili” dedicado por la cantante al público sacó más de una sonrisa.
Un conjunto de coristas (que bien se pueden encontrar en cualquier Iglesia Anglicana) acompañó a la islandesa en todo momento.
‘Army of me’, un himno ya a esta altura, fue el elegido para cerrar el set, y nosotros, ya muy cansados para seguir de pie por muy atrás y con espacio que estuviéramos, nos fuimos a escucharlo al pasto, considerando que era un honor muy grande tener a Björk de fondo mientras hacíamos el balance de esta primera y agotadora jornada.
Texto por Natalia Araya e Ignacio Silva